Tanto como las importantes obras que realiza su gobierno, la política exterior con Haití para que la situación de ese país no empeore y no dañe más a la República Dominicana, el presidente Abinader tiene que cuidar su prestigio asido a su empeño de que prevalezca la transparencia y la honestidad.
El prestigio de un gobernante puede ser lo esencial entre sus ejecutorias, lo que en ocasiones tiene que hacerlo olvidar quienes son sus amigos y partidarios que aspiran a puestos en la administración pública y que de una u otra forma tienen “cola que le pisen” y aspiraciones a destiempo.
El jueves antepasado se le cayó al presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump su candidato para procurador general, Mark Gaetz, quien retiró su aspiración luego de que viera como imposible conseguir la aprobación del Senado porque ni los republicanos radicales lo querían.
Para resguardar su prestigio, que fue muy menguado durante su gestión anterior por los nombramientos de los que ahora llama “traidores”, el presidente Trump se apresuró a nominar a la señora Pam Bondi. La señora Bondi sirvió al gobierno como asistente de la Procuraduría General.
Los escándalos en la administración pública dominicana en los gobiernos anteriores son carga pesada que pasarán factura durante mucho tiempo. Por eso una de las cosas que más daña el prestigio del ex presidente Leonel Fernández fueron los casos de corrupción que le atribuyen alta tasa de rechazo.
La reciente denuncia y sometimiento a la justicia de un grupo de oficiales y alistados de la Policía Nacional acusados de sustraer cajas de municiones para venderlas al primer postor y hasta a las bandas de Haití, es una de las cosas más graves que han ocurrido dentro de la desmoralización dominicana.
Los fiscales han detallado las ocurrencias y, claro que los imputados tienen abogados defensores y publicistas de medios que tratan de aminorar los casos, pero se trata de traición a la institución a que pertenecían y a la patria misma. Si resultaran culpables, el público espera el mayor peso de la ley.
Al cumplir 100 días en el nuevo gobierno, Abinader trazó el Plan Estratégico Institucional 2024-2028, diez líneas fundamentales a seguir en el cuatrienio 2024-2028 dentro de las cuales hay 400 metas. La principal es colocar a la RD en la senda de ser una sociedad desarrollada para el 2036.
El gobierno se ha trazado también la reducción de la mortalidad infantil, disminuir el déficit habitacional de 21% a 14%, con “una fuerte inversión” en servicio de agua potable, saneamiento y reconstrucción de viviendas. Además, reducir la tasa de homicidios hasta 8 por cada 100 mil habitantes.
También el régimen de Abinader se propone anchar la clase media de 47% a por debajo de 40% y por debajo de 40%, a la población vulnerable. Se propone también aumentar el producto interno bruto (PBI) per cápita de las personas al pasar de US$11,300 en 2023 a US$15,000 en 2028.
Economía apoya Abinader
El presidente Abinader se apoya en la economía que ha crecido y que logra su ubicación antes de la pandemia. El pasado lunes el Banco Central informó que la economía dominicana registra un crecimiento de 5.4% en octubre del presente año y que la inflación a octubre es de 3.6%.
El miércoles, el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, reveló que la RD “es un país exitoso”, que registra una de las tasas de crecimiento más altas de la región”. Valoró como positivos los programas Supérate con una cobertura de 56% de la población y el Sistema Único de Beneficiarios, Siuben.
El jueves la reconocida agencia crediticia Fitch Ratings confirmó la calificación de riesgo de RD en BB, con una perspectiva positiva, destacando la fortaleza de su economía, los avances en gobernanza y el potencial para implementar reformas que refuerzan el marco macroeconómico e institucional del país.