Las mujeres compositoras, instrumentistas, cantantes, arreglistas y profesoras de las escuelas y universidades de los Estados Unidos, han hecho una contribución tan grande a la cultura del jazz que algunas de ellas son inolvidables, como Mary Lou Williams, Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughn.

Ellas fueron unas de las tantas que actuaron en el siglo pasado y en cuyas memorias se han fundado festivales y cátedras universitarias. Mary Lou Williams (mayo 1910-mayo de 1981), a quien vi en varias ocasiones mientras residía en Washington,DC, en calidad de diplomático, la mayor al piano.
A Billie Holiday no la pude ver porque era muy niño. Ella nació en abril de 1915 y murió en julio de 1959. Mi acercamiento al mundo del jazz ocurrió en 1976 cuando recorrí los Estados Unidos invitado por el Departamento de Estado como parte de los convidados del mundo por los 200 años del país.
Ese viaje, junto a otros dos relevantes periodistas, Francisco Comarazamy y Ramón Reyes, me permitió estar presente en el Carnegie Hall el 4 de julio noche inolvidable de celebración del bicentenario; presencié desde el balcón a muchos cantantes y músicos entre ellos Fitzgerald y Vaughn.
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Se trataba de la noche estelar del Newport Jazz Festival, que dirigía el pianista y empresario artístico George Wein, fallecido el año pasado, tras una larga carrera artística como pianista y mánager, un enamorado de su música que lo hizo el más elevado creativo y productor de festivales del mundo.
Mary Lou, maestra ejemplar
De Mary Lou Williams se diría que fue una maestra ejemplar y una pianista consagrada, que compuso notables canciones para los géneros del jazz que dominó, como el bebop y los blues. Uno de sus discípulos, el pianista Hilton Ruiz, se presentó en el Teatro Nacional con Michel Camilo.

Lo vi por primera vez en Washington,DC. Como era puertorriqueño me detuve a conversar con él en el descanso de su primer set ante una audiencia cautiva en One Step Down. Luego otras veces en diferentes sitios. Se me arrugó el corazón al saber que había sido asesinado en 2006 en New Orleans.
Yo llegué a New Orleans para ver cómo había quedado la ciudad un año después del huracán Katrina. Iba guiado por mi viejo amigo el médico y científico dominicano Leandro Mena, quien vivía en Jackson Mississippi, a dos horas en auto y tuvo la gentileza de recogerme en el aeropuerto de NOLA.
Mary Lou era una maestra por antonomasia. Comenzó sus estudios de piano muy temprano y entró en contacto de jovencita con celebridades de la música jazzística como Louis Amstrong, que en el primer tercio del siglo pasado era una especie de sanctasanctórum musical de la época.
Ella también trabajó con Earl (The Fatah) Hines (1903-1983), el gran pianista y director de Chicago. Hines estaba en Chicago y sus alrededores mayormente tocando el piano como pocos hasta principios de 1980 cuando la melancolía por la muerte de una hija, lo apartó de la música.
Lo vi en el teatro Drury Lane, de Chicago en una velada inolvidable en 1977. Lo volví a ver en Washington, DC, en Blues Alley. Ya pasaba de los 70 años, pero estaba erguido, bien vestido y con clase en el sentido de dignidad, tocando con brío sus propias composiciones como “Rosetta” y el cancionero de jazz.

Mary Lou hizo “duets” con la grande educadora y pianista británica, Marian McFarland, autora del programa de radio Piano Jazz y comparte con muchas mujeres músicas como Shirley Horn, de Washington, DC, compositora, maestra, concertista y amor platónico del trompetista Miles Davis.
Sus obras se cuentan por centenares. Al final de su vida se convirtió al catolicismo y compuso obras musicales y de coro para esa religión. En sus inicios se codeó con el más grande pianista ciego de los Estados Unidos, Art Tatum, a quien muchos otros notables pianistas le atribuyen haberlos influenciado.
En 1954 estaba cansada y se retiró de los escenarios. Retornó en 1957 persuadida de que su misión trascendía ayudar a los músicos con problemas de comer y vivir. Sus amigos Dizzy Gillespie, Charlie Parker y Thelonious Monk le prestaron energía. En 1945 había compuesto “Zodiac Suite”.
Como ella creía que el jazz es una forma sagrada de expresión afro americana, dedicó tiempo y recursos para favorecer a los jóvenes músicos. Varias notables universidades la reconocieron en vida y posteriormente. Años después de su partida se fundó en Washington, DC, el Mary Lou Williams Jazz Festival, que tuvo una duración realmente efímera.
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(Continuará con historias sobre Billie Holiday, Dinah Washington, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughn y las jóvenes cantantes del 2021-)



