
El presidente Abinader reafirmó la noche del domingo su decisión de mantener cerrada la frontera por tierra, mar y aire y la suspensión de visados a un grupo de personalidades haitianas que culpa de la obra que llevan a cabo en el río Masacre, y a quienes llamó “anarquistas”.
Abinader dijo que la paz y la seguridad están garantizadas y ratificó lo dicho anteriormente, en el sentido que la solución al problema de Haití no está en manos de los dominicanos, sino de la comunidad internacional. Aunque no mencionó el caso, voces anónimas han tratado de alarmar a la población por Internet.
Su posición mantiene la distancia con las críticas que ha hecho a las medidas del gobierno, el ex presidente Leonel Fernández, el principal aspirante a desbancarlo del poder en las elecciones del año que viene, pero el gobernante no se refirió al tres veces presidente.
El gobernante pronunció un discurso corto de alrededor de 8 minutos vestido de oscuro y camisa blanca sin corbata. Su tono contrastó con la firmeza de la decisión de mantener las medidas que dispuso el jueves y que, salvo el caso del doctor Fernández han concitado mucho apoyo político y popular.
Abinader explicó lo relativo a la pequeña porción de terreno que irriga el Masacre a la parte haitiana, en contradicción con un sector mucho más amplio que recorre el río Masacre desde su nacimiento en la parte dominicana.
Al poner de relieve la importancia de su viaje a Naciones Unidas donde pronunciará un discurso el miércoles, Abinader adelantó que planteará la Asamblea General la situación por la cual ordenó el cierre fronterizo y las otras medidas. Se sabe que se reunirá con varios jefes de estado, particularmente con el presidente de Kenia, William Ruto, cuyo país está dispuesto a participar en una fuerza de pacificación de Haití.
No se ha dicho si se verá con el primer ministro de Haití, Ariel Henry, quien ostenta los poderes presidenciales desde el asesinato del presidente titular, Jovenel Moïse. En Haití hubo manifestaciones contra Henry promovidas por el ex canciller, Claude Joseph, un radical que se ha expresado en numerosas ocasiones contra los dominicanos.
Sin embargo, el ex primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive consideró que la falta de autoridad del actual gobierno (de Henry) “es la causa fundamental de los conflictos de su país con la República Dominicana, además de la inseguridad y la construcción de un canal que desvía las aguas del río Masacre.
La queja principal dominicana radica en que Haití no respetó el acuerdo de 2021, antes del asesinato de Moïse, en el cual las dos naciones acordaron “seguir compartiendo informaciones relativas a todas las obras en materia hídrica realizadas y a realizarse en la zona fronteriza”. La obra de toma de agua violaría el Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929. Ese Tratado fue ratificado en el mismo tono en 1936.
Leonel corre riesgo
El ex presidente Fernández corre un riesgo al parecer no calculado de que los electores dominicanos lo vean demasiado cerca de la posición del grupo de empresarios que promueven la obra en el Masacre, al condenar casi abiertamente la posición del gobierno de Abinader.
Quizás por razones políticas con vistas a las elecciones el doctor Fernández fustigó el despliegue de tropas dominicanas en la frontera considerándola como “un llamado a la guerra”. Con el momentum político a favor, el presidente Abinader concitó el respaldo de partidarios y adversarios en la crisis.
Sin temor al qué dirán, el ex gobernante aseguró el sábado que tras su último período de gobierno estaba decidido “a pasar la antorcha”; en estos momentos se siente con la “obligación moral para dirigir de nuevo los destinos del país”, según lo citó Listín Diario en su digital dominical.
Leonel se fue lejos en su ataque a Abinader y culpó al gobierno de un accidente ocurrido el sábado durante el cual dos trenes del Metro de Santo Domingo chocaron. Atribuyó ese accidente a que fueron despedidos empleados veteranos nombrados previamente al régimen actual.