Cuando el pianista Art Tatum (13 de octubre de 1909-5 de noviembre de 1956) comenzó casi en su niñez una carrera prodigiosa que lo ha llevado a ser la referencia perfecta del jazz piano clásico, nadie se imaginaría que mucho más de cien años después la antorcha que levantó sería rescatada por los jóvenes pianistas del siglo XXI.
Tatum mismo que nació ciego de un ojo y parcialmente del otro, para terminar en poco tiempo no vidente total, comenzaría a tocar el piano antes de los cinco años, animado por su madre Mildred, quien frecuentaba la iglesia cristiana con su niño. Ya para 1932, Tatum encontró muy chico a Toledo, Ohio, donde nació.
Entonces se embarcó hacia New York y luego a Chicago para hacer presentaciones y tocar el jazz como solamente él podía hacerlo. ¡Un prodigio! Ciego, negro, pobre, provinciano de Ohio, todo conspiraba en su contra. En 1909 todavía se linchaba a los negros en el Sur de los Estados Unidos, pero Tatum confió que sus manos verían por él.
Nadie diría que a lo largo del siglo XX y todavía hoy surgirían pianistas y músicos negros y blancos ciegos que harían fama, como Ray Charles, no un jazzista, pero quien tuvo gran acercamiento; Stevie Wonder, más cercano al jazz y completo en la música popular; Marcus Roberts, llevado a la fama por Winton Marsalis, el renombrado trompetista, arreglista, productor y filántropo, entre otros.
En el extranjero fueron famosos en su larga vida dedicada al jazz Sir George Shearing, del Reino Unido; Vicente (Tete) Montoliu, de Cataluña, España y Raúl Midón, cantante, guitarrista y compositor de Nuevo México, a quien tuve el gusto de conocer en uno de los cruceros de jazz recientes. Midón ha sido un excelente acompañante de cantantes como Diane Reeves, pero tiene varios discos con sus grupos. Es un intérprete vocal e imitador de instrumentos como la trompeta y la cuica de Brasil.
Tatum ignorado?
Algunos escritores pretenden mostrar la noción de que Tatum ha sido ignorado y desconocido por las generaciones del siglo XXI. The New York Times ha dedicado columnas extensas en los últimos años para rescatar del olvido a muchos músicos de jazz, como hizo la película “Green Book” sobre la vida de Don Shirley. Shirley era muy ensimismado y clásico, de vida controversial.
Aunque Shirley nació en enero del 1927 pasó más de 60 años en activo, dejó varios discos en solitario, verdades joyas del jazz piano. Tuvo una influencia vital de Tatum, como la tuvieron también otros renombrados como el vibrafonista Lionel Hampton, el trompetista Roy Eldridge y Ben Webster, saxofonista solo comparable con Lester Young y Coleman Hawkins.
Tatum produjo tanta música, desde los incunables del acetato de 78 revoluciones hasta los sellos de los estudios Pablo, que grabó sus últimas producciones después de muerto, y en parte, lo dieron a conocer a las nuevas generaciones. Antes había grabado con Decca, Capitol y Verve, las primeras discográficas que lo acogieron.
Art Tatum era increíble en el manejo del piano. Era capaz de interpretar las más intrincadas composiciones con un dominio al parecer sencillo. Fatts Waller lo siguió, al igual que Earl Hines, a quien vi en Chicago en 1977 en una cartelera que tenía también a Peggy Lee, la más notable cantante blanca del jazz. Hines, de Chicago ha sido otro al parecer ignorado pese a su enorme virtuosismo.
Jon Batiste
Jon Batiste, pianista, cantante, arreglista, productor, director musical y estímulo para las nuevas generaciones de pianistas de jazz, es el de moda en los Estados Unidos y el mundo. Batiste, su apellido lo delata, es de Louisiana. Nació en Metairie en 1986. Ha logrado el premio Grammy al álbum del año en 2022 y un Óscar a la Mejor Banda Sonora en 2021. En 2022 arrasó con cinco Grammys.
Los críticos le seguían la pista a Batiste cuando andaba de gira por el mundo con su banda Stay Human. Después de haber tocar con su grupo en el programa The Comedy Report en 2014, muy rápido fue considerado como el ideal para tener la orquesta de planta en el programa televisivo diario The Late Show With Stephen Cobert, de la cadena CBS. En su edición de febrero de 2019 hará muy pronto 4 años, la revista Jazz Times le dedicó su portada a Batiste con el título: Jon Batiste: “From de Crescent City to Colbert”. Si algo es notable en Batiste es que ha llevado el jazz clásico a su máximo lugar, como un heredero de Tatum; ha entusiasmado a jóvenes músicos de todo el país.
Freedom su obra musical recreada en las calles de New Orleans es un canto a la alegría y a la humanidad. Ha sido acogida en todo el mundo y le ha redituado a Batiste premios internacionales. Su obra Chopinesque, una renovación de los nocturnos de Chopin, ratifica el clasicismo de su obra y de su jazz.
Más sobre Daean Jam
Batiste es un promotor de artistas jóvenes como Jamael Dean Jam, con quien toca a dúo y Tumaini Sango, quien interpreta también Chopinesque. Pero su obra llega tan lejos como una presentación con orquesta junto al tap dancer Caleb Teicher. El camino clásico de Batiste lo ha seguido Sullivan Furner, pianista acompañante de Cécile McClorain Salvant, la celebrada cantante haitiano-norteamericana.
También Christian Sands, Emmet Cohen, que se presenta con su trío en su propia sala de música y en el Jazz Cruise que recientemente volvió al Caribe desde Fort Lauderdale por primera vez después de la pandemia, solamente para citar unos pocos.
Puedes leer: Samara Joy la promesa del jazz
Muy bue Resumen de esos Tiempo , mi Felicitaciones 👏 👍